El duelo en los niños
El duelo se refiere a la experiencia de sufrimiento tras la muerte de un ser querido. Los niños reaccionan ante la pérdida de maneras variadas, en momentos diferentes y con mayor o menor intensidad según diversos factores.
El duelo se refiere a la experiencia de sufrimiento tras la muerte de un ser querido.
Los niños reaccionan ante la pérdida de maneras variadas, en momentos diferentes y con mayor o menor intensidad según diversos factores.
Algunas de estas manifestaciones hacen que los adultos no sepan como responder; reconocerlas y validarlas es un buen primer paso.
Estas son algunas de las reacciones probables:
- Sentimientos de tristeza, rabia, miedo y culpa
- Llanto fácil
- Agresiones hacia sí mismos o hacia los demás
- Regresiones en capacidades ya logradas (control de esfínteres, dormir solo)
- Dificultades escolares: académicas y en la convivencia
- Dificultades atencionales
- Vigilancia constante hacia cuidadores significativos por temor a perderlos
- Irritabilidad
- Alteraciones de sueño
- Problemas de alimentación
- Deseos de venganza tras muerte violenta
- Ideas de muerte e ideación suicida
La muerte de un ser querido es un evento que pone a prueba el desarrollo mental, emocional y social de los niños, por eso es importante saberlos comprender y escuchar sus necesidades tras el suceso.
Los niños se enfrentan al duelo cuando aún no han construido un concepto sobre la muerte, una de sus primeras necesidades es comprender lo que significa que un ser querido muera. Es probable que al indagar en los libros que leen, en los programas de televisión que ven o en los juegos de video que disfrutan, se puedan encontrar relatos que les ayuden a comprender mejor el suceso.
Acompañar a los niños en duelo implica reconocer que hay prácticas que favorecen el desarrollo de su proceso, algunas como:
- Recibir la noticia de la muerte en un lenguaje comprensible y en un relato tolerable
- Preguntarles si desean participar de los rituales funerarios y facilitar que puedan despedirse de su ser querido
- Expresar de manera libre y espontánea sus sentimientos
- Recibir ayuda de los adultos para sobrellevar el dolor
- Recordar y hablar frecuentemente de la persona fallecida
- Recibir la protección incondicional y la dedicación de los adultos
- Mantener las rutinas
- Conservar los límites y las normas
- Recibir apoyo de la familia, el jardín y el colegio
- Estar acompañado por un adulto que se ocupe de su propio duelo
- Recibir ayuda profesional de ser necesario
Es importante ayudar a que los niños nombren sus emociones y lo que ha significado la pérdida para ellos, esto se puede hacer a través de dibujos, cartas o su propia voz.
Acompañar a nuestros niños en duelo es un reto que implica prestar atención a sus expresiones y comportamientos.
Como tarea final, no se debe minimizar e invisibilizar lo que los niños sienten y, al contrario, promover espacios emocionalmente seguros para que ellos puedan expresar y resignificar la pérdida.