Retos y aprendizajes en la adolescencia

La adolescencia es la puerta de entrada al mundo adulto. Este paso suele estar marcado por la oposición que ellos hacen a las ideas de los adultos, esto es fundamental porque permite la consolidación de la propia identidad y fortalece la capacidad del adolescente para tomar sus propias decisiones.

Cuando el desarrollo es óptimo, el adolescente cumplirá con una serie de tareas que favorecen su crecimiento:

• Separarse de lo familiar
• Estar afuera y construir nuevas relaciones
• Construir su identidad respondiendo la pregunta “¿Quién soy?”

La pandemia y el aislamiento social preventivo afectan directamente el desarrollo normal de los adolescentes, ya que les dificulta la resolución de las tareas propias de su etapa, generando que ellos las busquen resolver de otras maneras poco convencionales, algunas como: 

• Videojuegos como forma de interacción con amigos
• Marcada vinculación a redes sociales
• Baja responsabilidad frente a lo académico
• Poca interacción con adultos cercanos
• Irritabilidad y hostilidad hacia los padres

Los desafíos actuales que ellos tienen como volver al colegio de manera presencial, los conflictos asociados con la edad y el aumento de las interacciones virtuales, compromete a los adultos al autocuidado constante.

Asumir las responsabilidades de sus rutinas cotidianas es parte fundamental, lo que implica un esfuerzo que deben realizar para asumir su vida.

Es claro que para los adultos la adolescencia se vuelve un reto en su cuidado por las diferentes reacciones emocionales y comportamientos desafiantes que se pueden presentar, también hay que renunciar a la idea de que ellos siguen siendo niños y reconocer que la comunicación debe ser de manera horizontal.

Los adultos tienen la tarea principal de ser referentes para las futuras generaciones, esto implica cuidarlos cuando sea necesario, organizar los límites y el respeto mutuo y favorecer los espacios de exploración que los adolescentes requieren.

La adolescencia es una etapa de autenticidad, donde los jóvenes aprenden a responsabilizarse de sus rutinas cotidianas, fortaleciendo de esta manera su independencia y la capacidad de iniciar su vida adulta. 

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